La protagonista de este
relato es Mariela una damita de cabello negro, menuda y busto algo
generosos. Gusta vestir faldas o minifaldas y, en un día de
invierno, no es la excepción. Pulover, falda y pantys, que le llegan
hasta la cintura, para abrigarle las piernas.
Mientras cruza una plaza
un hombre se le acerca por detrás. Es un vecino que hace tiempo la
observa con deseo, y ella hace lo mismo. Ella se voltea y le levanta
una ceja, con lo cual el sonríe. Tras un rato, ella se vuelve a
voltear y le guiña un ojo, y el vuelve a sonreír. Sabiendo que le
sigue se dirige hasta una zona poco transitada de la plaza, con
bancas y arbustos altos. Al llegar la mujer se voltea y le lanza un
beso tras lo cual se ubica delante de un banco.
El se acerca por detrás
y le dice al oído:
-Espero que tengas
algo mas en mente-
-Hace frió y quiero
algo mas que soplarte besos-
-Entonces estamos de
acuerdo-Tras lo cual le agarra
una nalga que resalta por sus ajustadas pantys y falda.
-Pero...a
mi manera-
Acto
seguido se voltea y sienta en la banca. Se levanta la falda dejando
al descubierto desde su cintura para abajo y, tras apoyar la manos en
su vientre, le dice “Haz lo tuyo”.
Obedeciendo su amante se
arrodilla delante de ella y comienza a acariciarle las piernas, para
calentarlas un poco, ella se ríe por las cosquilla. De repente las
manos de el van hasta su cintura y, rápidamente, le baja las pantys
hasta por de bajo de las rodillas. Un escalofrió recorre las piernas
de Mariela y el ,al darse cuenta, vuelve a hacer fricción para
calentarlas.
Le abre un poco las
piernas, le baja la bombacha y comienza el cunnilingus que sube la
temperatura de los dos (la de ella aun mas de lo que ya estaba). La
mujer apoya ambas manos en la banca y echa la cabeza hacia atrás. De
a momentos se cerciora que no haya “moros en la costa” y sigue
disfrutando de como la lengua le recorre desde su clítoris y a todo
lo largo de su Monte de Venus.
Abre mas sus piernas
para facilitarle las cosas a hombre. Cierras los ojos. El le
introduce un dedo en su vagina, ella aprieta los dientes. Su dedo
indice se mueve de adelante hacia atrás. Mientras la lengua de el le
lame el clítoris.
Tras
un rato introduce, también, el dedo medio. Abre mas las piernas y
exclama -En
cualquier momento me harás olvidar el frió-.
Se lleva una mano al cuello y después se acaricia el pecho. Su amigo
saborea su vagina mientras le introduce los dedos.
-Así
mi amor. Te sale muy bien-
Le dice la muchacha.
-Modestia
aparte...soy bueno-
Mariela mira a su
alrededor y escucha con atención. Le parece que rondan personas
cerca. Debe ser la hora, a media tarde, en que salen del trabajo. Le
apoya un mano en la cabeza y le pide que suba el ritmo mientras abre
las piernas todo lo que puede. Hacerlo en un lugar publico le agrega
emoción y “adrenalina”, pero no quieren ser descubiertos.
La vagina y boca de el
se empapan a la vez. La mujer se muerde el labio inferior antes de
tener un orgasmo. Cuando le llega el orgasmo ella aprieta los dientes
y contiene un gemido. Mientras que la boca de el se humedece,
saboreando y penetrándola con los dedos. Tras acabar ella se ríe un
poco y el exhala.
-¿Como
te sientes?-Le
pregunta Mariela.
-A
decir verdad...estoy duro-
-Algo
excitado supongo-
-Ni
que lo dudes. Me arde el rostro y tengo una interesante erección-
-Mmm...dejame
ver, por favor-
Ella se sube la prenda
interior y las pantys mientras el se pone de pie. Tras dar un vistazo
alrededor se desabrocha el pantalón y baja, un poco, el mismo y el
calzoncillo dejando al descubierto su pene. Un pene firme y muy
erecto. Tras pedirle que se acerque, a ella, la chica lo toma con su
mano derecha y comienza a masturbarlo, mientras en su roto expresa
lascivia.
El cierra los ojos y,
olvidando rápidamente el fresco en su entrepierna, se deja llevar
por los dedos femeninos recorriéndole el pene. Cuando lleva un rato,
no mucho ya que venia excitado de practicarle sexo oral, eyacula.
Mariela pone cubre la
punta del pene con su mano izquierda, mientras lo sigue masturbando
con la otra. El semen le mancha toda la palma.
Tras acabar el muchacho
se levanta la ropa mientras ella se mira la mano manchada. El, como
buen caballero, le alcanza, sin que se lo pida, un pañuelo para
limpiarse. Mientras se limpia Mariela le dice:
-Se te fue el frio
¿no?-
-Ni que lo
digas...lastima que ya lo vuelvo a sentir-
-¿Pero te
divertiste?-
-¡Por supuesto! Eres
grande mujer...-
¿Nos volveremos a
ver?-
-Quizas...-
Tras responder Mariela le
acaricia el rostro y le da un beso en la mejilla y se despide
diciendo “Hasta la próxima amor”.
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