Previamente: Sexo con Mascaras
La
fiesta esta a punto de terminar y Mimi, antes de eso, ha decidido
retirarse y volver a su casa. Bebió, comió, charlo, aprovecho la
mesa de postre y hasta hizo el amor con un desconocido.
Noche
cerrada y sola en el estacionamiento Mimi se dirige hasta su auto
escuchando el ruido de sus tacones con cada pisada. Cuando esta a
punto de llegar a su auto ve como un hombre rápidamente se apoya
contra el vehículo, de brazos cruzados y mirándola. Esta vestido de
saco y corbata, muy formal, y lleva una mascara que cubre la
totalidad de su rostro e incluye un nutrido bigote. Evidentemente
alguien que viene de la fiesta.
Mimi,
que aun lleva puesta su mascara, lo observa un momento y
pregunta-¿Si?-
-Buenas
noches dama-
Dice educadamente el extraño- Vengo
de la fiesta como te darás cuenta...y...me dijo un amigo, que cierta
dama,...igual a vos,se comporto de manera...demasiado sexual-
-Su
amigo indudablemente también se comporto de manera sexual. No
llegaron a donde llegaron por obra de una sola persona-
-Pero
ahora estamos hablando, no de el, si no de esa dama... o sea...de
vos-
-¿Y
hay algo malo en eso señor?-
-Quizas.
El asunto es que soy policia-
De un bolsillo interno saca unas esposas- y
deba arrestarla. La lujuria es un pecado-
-Me
considero una buena ciudadana que cumple con la ley. Estoy dispuesta
a colaborar oficial-
-En
ese caso...¿Tiene algo que confesar?-
-Si
oficial. Me declaro culpable de tener un accionar lujurioso, culpable
de cometer actos promiscuos, y visto que hice el amor con alguien
solo después de un cruce de miradas, culpable de ser excesivamente
provocadora-
-Ponga
las manos, con las muñecas juntas, detrás de la cintura ciudadana-
Tras
obedecer el hombre la esposa. A Mimi le llama la atención que las
mismas no sean tan incomodas como esperaba. Al parecer tienen algún
tipo de acolchado de lado interno y, quizas, no sean esposas
autenticas.
El
policía la lleva hasta el frente del auto y hace que se recueste
sobre el capo.
El
oficial le avisa que es “Hora del chequeo” y comienza
tanteandole las piernas “Aquí nada”, después la cintura
“Aqui tampoco”, los glúteos “Tienes un lindo
trasero”, la espalda “Me gusta tu espalda”. Se
detiene y hace que se de vuelta.
Lleva
las manos a la parte superior de su vestido y lo baja lo mas que
puede dejando al descubierto su corpiño. Le quita esa prenda
interior y la examina por un momento y emite el juicio de que “Aquí
no hay nada peligroso”, tras lo cual hace el corpiño a un
lado.
-Ahora
el análisis mas exhaustivo ciudadana- Mimi cierra los ojos cuando
el comienza a tocarle los senos- Retiro lo dicho. Ese corpiño
ocultaba algo peligroso. Tus lindas y provocadoras tetas. Que lindas
que son- dándole cosquillas a la mujer que echa la cabeza hacia
atrás y emite un pequeño suspiro.
-A
tu amigo le gustaron tanto que hasta se masturbo con ellas-
-No
lo culpo-
Tras
un rato el hace que se recueste boca abajo sobre el asiento trasero
de su auto, para un “Continuar con el cacheo”, ella
agradece ya que le estaba dando frió. Rápidamente el hombre le
quita los zapatos, le sube el vestido y baja la bombacha “Veamos
que grado de peligrosidad tiene tu trasero”.
Sus
manos le toman los glúteos y los acaricia. Hace que la mujer gima de
vuelta y se muerda el labio inferior. Le dice al oído de ella “Me
vuelves loco”. Al momento ella siente como el empieza a frotar
su entrepierna, con el pantalón puesto, contra el espacio de sus
glúteos. “Ohhh...” exclama Mimi con el miembro de el
frotándose contra si y poniendo erecto.
El
oficial se sienta junto a ella y la toma para sentarla sobre sus
piernas y le dice al oído, entre suspiro y suspiro “Hora...de cachear...tu pubis”. Empieza masturbandola y hablándole al
oido:
-Un
pubis femenino y un clítoris que te pone cada vez que lo toco-
Le dice el.
-¿Cual
es tu veredicto?-
-Que
eres culpable de calentarme. No tienes idea de lo excitado que estoy.
Tocar tu piel y sentirla. Tocar tus lindas tetas. Sentir tu trasero.
Eres hermosa, me incitas al pecado...a querer fornicarte-
-Me
estas humedeciendo-
-Ahora
te sumo el cargo de calentarme mas-
Con
el cuerpo de los dos calientes por la situación el policía decide,
por fin, penetrarla. -Ahora tanteo...dentro tuyo.... Eres suave y cálida...ahhh...-. A Mimi la excita tanto eso como las palabras
lascivas que el le dice al oído. El hombre le habla mientras la
mujer gime.
-¿Que
sen...ahhh...sentencia...mmm...me...me corresponde?-
-Ser
empalada- A Mimi le resulta algo extraña esa respuesta -Por
un erecto y firme pene-
La
chica se da cuenta de a que se refiere cuando, de pronto, deja de
penetrarla por la vagina para introducirle el miembro por el ano.
Primero solo la punta y después de a poco hasta tomar ritmo. Pero
siempre lentamente y moviendo el su cadera (el sexo anal no es cosa
fácil).
El
la rodea con un brazo y la estruja contra. “Ahora...mmm...me
do...doy cuenta que...ahhh...Mi sentencia es....ahhh...siii...es
estar a tu merced” dice ella esposada, siendo masturbada y
penetrada por detrás. Al momento se cuenta como el eyacula dentro
suyo empapando su interior de semen. Le pide que no se detenga, que
aun no llego a su orgasmo y el obedece.
Por
fin Mimi tiene un orgasmo (el segundo de la noche) y le arde el
cuerpo y suda (en parte por el sexo y en parte por la cerrada
mascara). Tras un rato se separan y el le quita las esposas y ayuda a
ponerse la ropa interior y acomodarse el vestido.
El
buen caballero se ofrece a llevar a su amante a su casa, conduciendo
el el auto de ella. Aun así en ningún momento se quitan las
mascaras por lo que mantienen el anonimato. El ve como, de a
momentos, ella parece cabecear y dormirse en el asiento de al lado.
En
un momento, de repente, ella pide que se detenga y la deje sentarse
en asiento del conductor. Alega que ya están cerca de su casa y que
quieren mantener el anonimato. Por lo tanto el se baja del auto y se
despiden:
-Adiós
lujuriosa criminal- Le dice el.
-Buenas
noches oficial y gracias por el...”castigo”-.
Mimi
lo ve perderse en la noche tras lo cual apoya la cabeza en el asiento
y dice en voz baja “Que noche inolvidable”.